sábado, 24 de enero de 2009

Nocturno de Chopin

Estaba deseando salir. Esta noche me retrasé y no puede más. Perdona Nano, estaba tomándome algo y se me hizo tarde. Ale, vamos.
Menea el rabo, rápido, y respira con fatiga. Me mira, está contento, agradecido como siempre. Me vuelve a mirar. "Ponme la correa por favor que me meo en casa". Salimos. tiene tanta prisa que se tropieza con sus propias patas. "¡¡¡Y ahora a esperar al ascensor!!! ¡Dios, Jesús¡, ¿pero por que no llega?" Se mueve por el descansillo de un lado a otro, fatigado, me mira, menea el rabo, huele por debajo de la puerta del ascensor, tal vez así llegue antes, imagino que piensa.
¡Por fin, Jesús, por fin! ¡Vamos por Dios da al bajo!
Llegamos a la calle. Y es un continuo movimiento de subir y bajar la pata. Anda tres pasos, olisquea y mea, otros tres o cuatro pasos y de nuevo otra vez. ¡Perdona Nano, si que tenías ganas, eh! Tira de mi, tiene prisa por llegar al parque, mientras, por el camino hace paradas para oler, lo huele todo y tiene que dejar su marca, su rastro.
"Mmm mi parque favorito!!!, menos mal que me traes hoy a este, otros días me llevas al que está al lado de casa y ahí no me gusta nada, esta lleno de cacas y me molestan"
No le suelto, no me gusta hacerlo, y la verdad es más por desconfianza. Me da miedo que eche a correr y se pierda. "Espera Jesús, déjame oler esta hierba que huele tan bien. ¡Que pesado con tirar de mi, pues aqui me quedo, que me gusta!". Tiro de él y se agazapa, parece como si se pegase contra el suelo, no le puedo mover. Vale, Nano, quieres quedarte aquí un ratito.
Suelo estar solo cuando paseo a Nano, dicen que se liga mucho paseanado a los perros, pero ese no es mi caso. A lo mejor es que tampoco he puesto empeño en ello o también por que no puedo acercarme mucho a nadie que vaya con perro por que la primera intención de Nano es gruñir y enseñar dientes. No quiero tener problemas con nadie así que le permito un rápido reconocimiento olfativo de su visitante pero enseguida tiro de él, justo en el momento en que empieza a gruñir. Es normal estuvo muchos años viviendo en el jardin de la casa que teníamos en un pueblo. Y cada vez que pasaba un perro se ponía a ladrar. Era el galltito del barrio.
Estoy pensando... que sé yo en qué, y veo alguien que se acerca por el principio del paseo. Es una mujer, va sola. Tendrá unos cuarenta. Es bonita. Sí.... lo es... Nano la mira. Yo estoy más lejos, la correa me permite tener una cierta distancia para que él se pueda mover libremente.
¿Qué pasa guapo?, le dice. Tiene una voz maravillosa. Nano mueve la cara de un lado al otro y menea el rabo. Ella se acerca para acariciarle. Y yo también.
¡Que guapo eres! (¿Pero a quien se lo dice?) (Jesús me lo dice a mi) Me saluda. Le saludo.
¿Es muy joven, verdad?
¡Que va! Tiene casi quince años.
Nano es mayor, pero parece un perro jovencito. Me lo han dicho muchas veces. Ella le acaricia y Nano se tumba con las patas hacia arriba.
¡Pero Nano que golfo eres! Anda, mimoso, que solo quieres mimos. Hablo sin parar de mirarla. Y compruebo de cerca que su voz hace honor a su belleza.
Yo tuve un perro hace tiempo. Me dice y su cara se llena de emoción al recordarlo. Sus ojos brillan. Suena su móvil. Busca en el bolso. Sus manos son delgadas y sus dedos largos.
Me mira. Hasta otro rato. Me dice. Me mira de nuevo. La miro. La beso en silencio, sin que lo sepa, sin que lo note, sin que se entere. La beso con mi pensamiento y con mi corazón.
Se aleja. Habla por el movil. Y la sigo con mi mirada por el paseo. Se vuelve. De nuevo me mira. Sigue caminando. Ya casi no la veo. Es de noche y se pierde entre la penunbra y su sombra. Me queda su olor. Su voz. Su mirada.
Nano, se ha levantado y de nuevo investiga por entre los hierbajos. Vamos a casa Jesús, viejo amigo, ya se ha marchado. Ahora es él quien tira de nuevo de mi. Sabe el camino a casa. ¿Ha refrescado de repente? Tengo frío. Ambos caminamos deprisa.
De nuevo en el ascensor seguimos el rito de todos los días. Suelto su correa y le acaricio. Hablamos en nuestro lenguaje. El me agradece el paseo y yo su compañía.
En casa, Espuma nos recibe al abrir la puerta (o eso, o es que intenta salirse como hace muchos días) se huelen. Nano menea el rabo y saluda a mi madre que estáen el salón, sentada en su sillón dormitando con la tele.
Me pongo la ropa de andar por casa. Miro por la ventana. La gente anda deprisa. Hace frío y pienso: ¿Cómo se llamaría? Seguro que su nombre era precioso, como ella.
Nano viene a buscarme, me mira y se sienta a mi lado. Se llama Elisa

Un encuentro fortuito

Un día, al salir del trabajo, te encuentras con una pareja a la que no ves desde hace tiempo. Él es un antiguo compañero de colegio, ella es su mujer desde hace casi veinte años. Fuiste a su boda. Y al bautizo de su primer hijo. Al de la niña no, ya no os veíais tan a menudo. Entráis en cualquier bar para tomar unas cañas y hablar de vuestras vidas. Sus novedades son las novedades de sus hijos. Tus novedades no existen. Se cambiaron de casa, el mayor va a empezar la Universidad, a la niña le gusta salir por las noches… Tú sigues viviendo en el mismo sitio (pueden recordar la dirección) y sigues trabajando en la misma biblioteca. Te preguntas (una vez más) qué has hecho en estos últimos años. Cuando os ponéis los abrigos para salir el cuello del abrigo de tu amigo se ha quedado doblado y ella, en un acto reflejo e inadvertido, se lo acomoda con delicadeza, mientras seguís hablando. Os hacéis el firme propósito de llamaros un día de estos para charlar con más calma, aunque, en el fondo, sabéis que la próxima vez que estéis juntos será de nuevo por casualidad.

Luego llegas a casa, querías ponerte a escribir, pero te pasas la tarde mirando por la ventana, viendo pasar los trenes. Al final del día te acuestas pensando que nadie va a colocarte el cuello de la camisa cuando, mañana, te vistas de cualquier manera para ir al trabajo. Y, a pesar de que hace tiempo que lo tienes asumido, esa noche no te duermes hasta el amanecer.

viernes, 23 de enero de 2009

PRESENTACIÓN (2)

Hoy estoy bien, contenta, pero otros días, desde hace ya varios años, tengo una gran sensación de vacío y tristeza. Al principio era angustia, una enorme bola que se me ponía en el estómago y no me dejaba comer ni dormir. Había días en que la bola se convertía en boa, devorando todo lo que encontraba sin tener nunca la sensación de saciedad… y tampoco me dejaba dormir. Estaba agresiva y lo pagaba con los más cercanos, los de confianza, sobre todo con mi madre y mi marido. Después de mis “arrebatos”, sólo me quedaba la sensación de culpabilidad. Yo, que siempre he sido muy reflexiva, intentaba “analizarme” y entender lo que me pasaba. ¡Es la responsabilidad! pensaba. Claro, mi primer trabajo, casarme… había abandonado mi “primera juventud”, feliz, sin responsabilidades ni preocupaciones, con el colchón de mis padres siempre a punto para protegerme, para entrar en el mundo de los “adultos” y esta transición afectaba a mi hipersensibilidad. Madurar… qué doloroso es!

Pero pasaba el tiempo y aquello no cambiaba; es verdad que la angustia era menos intensa, pero a cambio la tristeza llegaba con fuerza. Tuve que dejar los libros y películas “profundos”, pues todo me dejaba tocada. Y de nuevo la sensación de culpabilidad… por perder el tiempo, por no cultivar el espíritu! Nadie notaba nada, salvo mi mejor amiga, con quien me desahogaba… y mi madre, a la que yo creía ilusamente que engañaba con mis mentiras… porque mentía, sí, mentía… Me acostumbré a mentir, a vender a todo el mundo mi vida de color de rosa mientras por dentro me sentía a morir. No resultaba difícil; en parte va en mi personalidad: siempre he sido “la peque de la casa”, “la alegría de la familia”, la que siempre está contenta, contagiando escandalosamente a los demás las ganas de reír y vivir… He asumido ese papel como parte de mi carácter. Y siempre seré “la alegría de la familia”, igual que siempre seré la pequeña…aunque tenga muchos muchos años.

Cualquiera que me conozca, incluso mis amigas más cercanas, se quedaría alucinado leyendo esto. ¿Laura triste? ¡venga ya! Pero si es la persona más alegre que conozco! Siempre se está riendo, no tiene preocupaciones, es la felicidad en persona! Siempre he pensado que esta dualidad de caracteres se debe a que soy Géminis, y en función del momento y las circunstancias, domina “el gemelo” positivo o el negativo; en todo caso, ambos son tremendamente pasionales, si estoy contenta rozo la euforia y si estoy triste, me vengo abajo. Vamos, que vivo en una auténtica montaña rusa emocional! Y es agotador…

Mi amiga Ana, que es psiquiatra y me conoce muy bien, dice que esto no es una contradicción: “Laura, lo que te pasa es que eres extremadamente sensible, disfrutas de la vida con entusiasmo, porque eres alegre y vital por naturaleza, pero insignificancias que a otras personas dejan indiferentes, a tí te tocan a fondo, sin que encuentres el término medio, o te dejan temblando de felicidad, o todo lo contrario, porque ante las emociones “negativas”, ese torrente de energía que te hace dar botes de alegría por cualquier pequeñez, se vuelve autodestructivo y te machaca. Pero esta parte tuya está oculta para los demás, porque la disfrazas con tu sonrisa y charla animada. Te has acostumbrado a tu papel de persona feliz. Cuántas veces, viéndote hablar sin parar, reirte exageradamente, diciendo lo feliz que eres, he sabido que por dentro estabas hecha polvo! De todos modos, no siempre has tenido estos vaivenes tan fuertes, pero no seré yo quien te diga lo que te ocurre, tendrás que pensarlo tú… y sufrirlo tú…”.

cerrado por curso, disculpen las molestias

Me ha tocado… las dos semanas que viene hay cursos técnicos en Madrid, y puesto que aquí está la cosa un poco floja, me mandan para allá… La verdad.. tampoco me importa tanto, lo que más pena me da es que me pierdo la gimnasia, je, je.. pero por lo demás.. pues tampoco me supone un trauma, he hablado con mi amiga y me da hospedaje.. así que en vez de pillarme un hotel que entonces sí que me agobiaría, me quedo con mi amiga y ¡como si estuviera de piso compartido!!!.. Además el curso es interesante.. me iré entre semana para allá y el finde me volveré a Pucela.. pero como llevaré toda la semana sin estar, pues seguro que no me agobio.. yo creo que lo aprovecharé para descansar.. y porque sólo va a ser uno, el siguiente finde, aprovechando que estoy en Madrid, me iré para Cuenca desde allí…

A veces pienso que debo de parecer algo más mosqueada cuando me dan este tipo de noticias mis jefes.. después me quejo de que lo asuman porque como estoy sola y no tengo nada.. pero es que me dicen que me tengo que ir a Madrid, cuando están mis amigas.. y no pongo resistencia… siempre y cuando me dejen volver y quedarme con mi amiga.. Claro la cosa cambiaría si me proponen irme a otro sitio.. entonces.. no me pongo tan contenta.. por eso me jode que asuman cosas sin proponerlas.. pero claro, como tampoco conocen mi vida…

Bueno, pues nada.. a ver como acaba la semana,.. y como empieza la siguiente.. lo malo es que si estoy en cursos y con mi amiga.. pues no voy a tener tiempo de escribir.. eso.. o lo mismo es que como dije ya otro día, esto me sirve para desahogarme, y como allí tengo PERSONAS con las que desahogarme, no me hace falta escribir.

Dulce compañía...

Estoy leyendo un cuento en clase.
Ahora que son más mayores me gusta contarles cuentos ya mas largos, por capítulos. Pablete, uno de mis "secretarios" ha traído un cuento que le han dejado sus majestades de Oriente esta Navidad en su casa. Pablete me adora. Y yo a él. Diría que quiero a todos, por igual, son mis hijitos, aunque hay algunos que me tocan el corazón de una manera especial. Pablo es uno de ellos. Recuerdo cuando hace dos años, ya casi tres, llegó a clase y me adoptó con su lengua de trapo, con ese lenguaje que no había forma de entender y que poco a poco fui comprendiendo haciendo de su jerga mi nuevo idioma. Se me rompe el corazón cuando por alguna razón llora, cuando sus amigos no quieren jugar con él, o cuando algún niño se ha reído de él. Es mi secretario, sí. "Jesús ¿te ayudo?". "¿Puedo decir una cosa?", me pregunta cuando estoy explicando algo o contando alguna cosa. Siempre quiere hablar, contar cosas, incluso cuando no le entendía ni jota... Pero él ha aprendido a esperar su turno y a levantar la mano para hablar.
Ha traído un cuento de Geronimo Stilton, un ratón que se dedica a ser detective. Está bien. Es aún un poco dificil para que ellos lo entiendan pero a mi me gusta ir haciendo mi propia traducción del cuento para que sea más accesible para la comprensión de mis pequeños.
Bueno chicos mañana seguimos... "¡Nooo!", protesta Laura (otra de mis secretarias). Mañana leeremos el capítulo siguiente "Un cierto tufillo a queso..." Protestan pero es casi la hora de irse a casa.
De repente un ruido en la puerta nos interrumpe. Se abre. Y un griterío de niños entra. Son los niños de mi compañera Henar, es el otro grupo de 3º de Infantil . Entran solos, alborotados. No les entiendo, me cuentan que ha pasado algo. Pero no les entiendo. Me pieden algo, que salga, que vaya a la clase. ¡Se ha caido una lámpara! entiendo entre un jaleo tremendo. No veo a Henar. Salgo de clase y voy hacia la clase. Me empiezo a poner nervioso, sigo sin ver a mi compañera. Y me empiezo a imaginar que ha pasado algo, que le ha pasado algo a Henar. Por fin aparece ella. está bien. Nerviosa, pero está bien.
Hace dos años nos cambiaron la iluminación de la clases, nos pintaron los techos de azul cielo y aprovecharon para ponernos unos puntos de luz más potentes y claros. Unos equipos florescentes cubiertos. Funcionales, no muy decorativos, pero con capacidad para tener buena iluminación.
Sigo sin entender muy bien que ha pasado, pero insitintivamente le pregunto a Henar si se encuentra bien. Me responde que si. Vamos a la clase (en realidad es mi clase, pero solemos cambiar de espacios a lo largo de la mañana, es nuestra forma de trabajo que no voy a explicar ahora, sería muy largo y me iría del hilo...). Y veo la regleta de florescentes apoyada justo en la mesa donde habitualmente mis chicos se sientan para utilizar el ordenador . Se ha caido desde el techo y ha aterrizado contra las sillas del ordenador. ¿ha pasado algo? ¿Ha golpeado a algún niño?...
A Henar aún le tiemblan las piernas. Me explica que según caía ha golpeado de refilón a dos niñas, pero nada más que un susto. Las niñas están bien. Y ella apunto de echarse a llorar. Está impresionada.
Los niños me han seguido. Quieren saber que ha pasado. Les digo que no se preocupen que no ha pasado nada más que se han caido los florescentes. Sergio, otro de los "secretarios" me pregunta cómo ha podido pasar. No lo entienden, pero yo tampoco. Cierro la puerta de la clase. ¡Venga chicos hora de irse a casa! !Quitaros el babi y poneros el abrigo hora de marcharse a comer!
Ya en el coche, camino de casa, voy pensando en que unas horas antes siempre estan sentados por turnos, en ese lugar, un par de chicos de mi clase jugando con el ordenador...
Pero no quiero pensar en lo que podría haber pasado...
Es verdad, lo decimos muchas veces en el cole... Tenemos un Ángel protector. Un Ángel guardian que vela por los niños... Hoy me siento así, tocado por un Ángel. Hoy lo creo, estoy seguro, hay un Ángel que nos cuida. Gracias, mi Ángel, gracias... Mi dulce compañía... Sigue velando por mis chiquitines, por mi...

jueves, 22 de enero de 2009

PRESENTACIÓN (1)

Pues sí… lo he decidido… hoy empiezo

Llevaba tiempo pensando en volver a escribir, bueno, escribir, escribir… simplemente comprarme un cuaderno de espiral, de los de toda la vida, y apuntar de vez en cuando lo que me viniera a la cabeza, ideas, reflexiones, sensaciones… sin importar el orden o la lógica. No quiero un diario, hace tiempo solía escribirlo, pero me ataba, sentía la obligación de anotar cada día todo lo que había hecho. Pero ahora no quiero deberes.

Y aquí estoy, delante de una hoja en blanco sin saber cómo empezar. Pero quiero hacerlo. Serán los únicos momentos que tendré para mí. Y lo necesito, necesito poner un poco de claridad en mi rutinaria vida. Qué incongruencia, ¿no?

Mi “rutinaria” vida es aparentemente perfecta. Tengo treinta y… treinta y… treinta y… uf! Cómo me cuesta asumir que ya hace tres años pasé la barrera de los treinta! Tengo un buen trabajo, me gusta y está razonablemente bien pagado, ejerzo funciones de responsabilidad y estoy bien considerada. Por supuesto, hay días y/o temporadas complicadas, especialmente ahora con “La Crisis”, pero en general, estoy contenta. Llevo casi cinco años casada con Javier, un tipo estupendo que me quiere, y al que quiero. Siempre me ha gustado vivir aquí, en Valladolid, y tengo la suerte de ser propietaria de “un cuarto” (dichosas hipotecas…) de una casa preciosa, donde suelo celebrar cenas con diferentes amigos, porque esa es otra, amigos con los que divertirme no me faltan, ¡y hasta puedo presumir de tener tres o cuatro íntimas, todo un tesoro! Y MI FAMILIA, ah… la familia… ¿qué haría yo sin ellos? Soy la pequeña de tres hermanos, me llevo once años con Ana y nueve con Juan… vamos, que yo no estaba planeada, pero dice mi madre que después del susto, traje bajo el brazo una gran alegría que se ha prolongado durante todos estos años, al menos eso dice ella. Mis padres están estupendos aunque…, debería decir “aunque ya son mayores”, pero me niego, ¡NO, NO y NO!, mis padres siempre van a ser jóvenes, y van a estar estupendos, y van a estar siempre a mi lado........… El tiempo, ¡vaya cabrón entrometido!...................... Mi hermana tiene dos hijos, Lucía (¡mi ahijada!, un “bebé” de quince añazos que ya es más alta que yo) y Josechu, un terremoto de once años. Creo que no hace falta que diga que somos una piña, nos llevamos de miedo y nos apoyamos muchísimo; también discutimos muchísimo, pero no son más que tormentillas de verano que enseguida escampan, ¡es que somos muy temperamentales! para lo bueno y para lo malo…

En fin, como decía, mi vida es “perfecta”.

Y sin embargo…

Galopando en los caballos del corazón

Dolcissima,
después de haberte escrito, el otro día, mi estado de ánimo ha cambiado. No tengo muchas ocasiones para abrirme y abrirme contigo... Lo sabes... Y sentía desde hacía días la necesidad y las ganas de hablar con alguien, de hablarte un poco. Me hizo -inevitablemente, naturalmente- bien. Además me traes buena suerte. La jornada se transformó. Era gris y fría y se endulzó con un pálido pero luminoso sol de invierno. Y las películas en color no dejan de ser más atractivas que las en blanco y negro... Aunque es cierto -me dirás tú, duende de mi conciencia y de mi sabiduría, hada de sueños y dulzuras- que siempre debemos buscar la poesía y podremos detectarla, siempre y por doquier...
Cuando te dejé, tres mails me esperaban en mi buzón. Un amigo me invitaba a ir con él a la piscina a nadar este sábado... La natación -aunque no sé nadar muy bien y no me gusta nada- ya me la han aconsejado como deporte alternativo durante mi lesión. Intentaré, pues seguro que será un modo para mantener el tonillo físico y sentirme mejor... Otro mensaje, de un amigo médico, que, con el informe de la resonancia en la mano, me ha dado un montón de consejos y me confirma que la rehabilitación y la fisioterapia son los caminos a seguir antes de una eventual artroscopia, mucho más agresiva... Todo podría solucionarse... Me hizo un gran bien con sus consejos, me puso de buen humor. Sólo debo convencerme y armarme de paciencia, mucha paciencia, y pensar y soñar únicamente en mi vuelta a los entrenamientos y a la competición, para prepararla con madurez, sea cuando sea, y trabajar para ello, para ese momento, sin comprometerlo ulteriormente o aplazarlo aún más en el tiempo, con comportamientos poco oportunos.
Y -fíjate bien, cariño- otro mensaje, de otra gente, que está montando no sé qué de teatro... No sé si es un cursillo, si es un grupo, pero quieren hacer no sé qué con las obras de Checov -que por lo visto es muy socorrido en cursos formativos para actores- y como yo he representado varias obras en pasado de Checov... Petición de mano, El oso... Si me necesitan, si puedo ayudarles, me lanzaré... Sería la posibilidad de volver -por fin- al teatro, de hacer teatro de verdad, de conocer a gente nueva... Además, creo que se ven los fines de semana: mis horarios lectivos me permitirían colaborar activamente... Creo... Sólo espero que mis compromisos familiares me dejen hacerlo como yo quiero...
Una máscara, pronto... Quiero una máscara, un antifaz o algo así... Dadme una máscara, ya...
Ya no me importará que los ojos indiscretos de los demás sigan espiando mis deformidades... Esta otra frente -ahora- se sonrojará por mí... A volar, a soñar, a convertirme en alguien distinto y darle mi cuerpo, mi voz, mi mirada, mi palabra... Carruseles de palabras encantadas, que me embrujen para volar, con las alas de la fantasía, de estrella en estrella, hasta columpiarme en ese librillo de luna pálida, de nata montada... Llevaría por el mundo a esos personajes de papel, les daría mi vida, para que anden, desde las páginas de un guión, a las tablas de un teatro, hasta las calles y los caminos del mundo... Para que corran -sin correr con las piernas, pero galopando con los caballos blancos del corazón- por esas playas de encanto y de sueño...
Me entiendes, ¿verdad? Quería compartirlo contigo, duendecillo de la suerte. Estoy lleno de emoción, de sensación... Soy así...
Y en este momento, en momentos como éste, quiero a todo el mundo, le quiero al mundo entero...
Te quiero...
Ciao, bellissima... Cuídate. Un beso bello, bello, bello...
Mauro

Quiero una sorpresa, ¿quién me puede sorprender?

Ayer me descubrí pensando cuando caminaba, bueno, eso siempre lo hago, pero ayer me sorprendí con el tema.. Hay veces que yendo de un sitio a otro a mi cabeza le da por plantearse cosas que hasta yo mismo me sorprendo, o recupera hechos pasados que vienen a la mente y busca una lógica de por qué ha venido ese y no otro, y qué sensación me produce y de repente, me veo que voy caminando con una sonrisa, o a punto de llorar, o me parto el culo yo sola por la calle… En fin, otro síndrome de mi locura-soledad.. pero oye, como relaja. Es como escribir esto, pero sin tener lápiz y papel. (ahora tampoco lo tengo.. ¡qué clásico se han quedado los dichos!)

Bueno, pues a lo que iba me descubrí recordando a Edu. La verdad es que es un chico que me marcó, pero no con un yugo para dejarme una huella dolorosa, no, sino por dejarme un buen sabor de boca y enseñarme muchas cosas. La principal cosa que me enseñó es que me encanta ser sorprendida. De hecho él no paraba de sorprenderme (hasta que un día le sorprendí yo….), descubrí que me encantaba el olor a porro, fumarlo no, pero el olor me mola..¡ah! y que tengo unos muñones que ni para porros sirven. Y lo que también descubrí, es que me encanta un poco lo misterioso o lo prohibido y ver con qué personas puedes contar para tus “secretos”. La verdad es que era un coctel “refrescante” sorprendente, alegre y vivaracho. Si a todo esto se junta que trabajamos en la misma mierda de empresa, en la que estaba prohibido el emparejarse con nadie de la misma empresa, bajo pena de echar a uno o a los dos y que yo era comercial y él estaba en el almacén… .ummmm ¡cómo mola!... esos guiños a espaldas de los demás.. esas sonrisas ocultas que tenía que tirarme de vez en cuando al suelo porque notaba que no podía evitarla.. esas excusas baratas para juntarnos o el salir cada uno por su lado para después juntarte o el pasar la noche juntos, separarnos y vernos al cuarto de hora llegando al curro con una cara de sueño o disimulando con los compañeros: “joe, no he pegado ojo en toda la noche”. La verdad es que para el poco tiempo que estuvimos, las escenas se me reflejan una tras otra en la cabeza y la verdad.. me gusta reproducirlas, porque vuelvo a sentir como el corazón se me acelera y como la sonrisa de tonta se me pone, no porque me mole, sino por la chorrada que hice. ¿Y los conciertos?.. cómo molaban.. no sabía yo que le molaba la música y resulta que no se perdía ningún concierto del “transportista” de la empresa que tocaba la guitarra eléctrica.. y ahí estaba nuestro “infiltrado”,Ramón,.. él era el único que sabía lo nuestro, majísimo, se parecía a Tamarít pero con guitarra y a mí me trataba con gran aprecio, casi como una hija, porque él era más mayor.
En fin, que analice cuando/como analice las cosas, me doy cuenta que me encantan esas sorpresas, y creo que lo que ha faltado en las otras “relaciones-rollos” que no han acabado bien, o mejor dicho, con más tiempo y que me han dejado muchos menos recuerdos positivos, mucho peor sabor de boca, creo que lo que fallaba es eso, que no me han sorprendido (para bien), que no han tenido huevos para arriesgarse y sorprenderme. Joer.. me acuerdo del mosqueo de las de mi piso porque para que no molestara me llamaba a las 12 menos cuarto que a esa hora no llama nadie, y había veces que nos quedábamos hasta las 3 hablando por teléfono.. ¡para después vernos a las 8!!!.. pero qué voz.. y cómo escuchaba y cómo salían los temas, y cómo molaba el oir la calada al porro… ummm ya lo olía.

Así que me descubrí andando y pidiendo un Edu, alguien capaz de sorprenderme y de hacerme pasar un tiempo que nunca pueda olvidar y que cada vez que lo recuerde, se refleje en mi cara que ese momento fue muy bueno.

miércoles, 21 de enero de 2009

Salúdame en el semáforo

Se termina el día. Miércoles, en medio de la nada... Lejos aún del fin de semana y cerca del principio de semana... Imagino lo que puede sentir ahora un hijo en mitad de otros hermanos mayores y pequeños...
No ha estado mal este miércoles. Miércoles de rutina... Parece como si fuera necesario que todos los días pasaran acontecimientos, positivos o no... Hoy un día normal, igual que los demás, un miércoles más...
Es un poco injusto calificar de igual un día que se acaba... Nunca es normal, nunca se repite. Es verdad que en lo básico son iguales. Se repiten las actividades, pero todo lo demás es diferente. Nunca es igual la mirada que me encuentro a las 8 de la mañana en el portal cuando voy a dar el paseo matutino con Nano, ahí está la mujer del servicio de limpieza fregando el suelo del portal, me mira, y sigue su trabajo. Hoy no le ha dicho nada a Nano, otros días si. ¿Ves?, nunca es igual. Hoy a las 8 y media al bajar al garaje a por mi coche no estaba la chica del coche azul y pequeño que otros días que me encuentro arrancándole, (¿habré sido yo hoy más rápido que ella? ¿se habrá dormido?). Arranco mi coche y aparece ella. Sí, se ha dormido, lo veo en su cara de "voy tarde".
Nunca me fijo en los coches con los que coincido en los semáforos, voy siempre con tanto sueño... Pero estoy seguro que si prestara atención me daría cuenta que muchas de esas caras que como yo miran al semáforo acabarían por hacerse familiares. En vez de estar aburridos esperando el ansiado cambio del rojo a verde podríamos saludarnos. Solo un gesto con la cabeza o un agitar la mano... Quien sabe a lo mejor meses después con la llegada del primavera y gracias a llevar la ventanilla bajada incluso acabaríamos charlando un ratito... ¿Qué, cómo lo llevas? ¿Vas con retraso hoy, eh? ¿Que tal ayer en el cine, te gustó la película? Bueno mañana te veo! ¡Qué tengas un buen día!...
¿Y por qué no? ¿No sería todo más fácil? ¿Más sencillo? ¿No iríamos con otras ganas a trabajar? Levantarse de otro ánimo, "a ver si veo a Pepe, que hace muchos días que no coincido con él en el semáforo de Poniente, no se que le habrá pasado". Voy a intentarlo, ¿quien sabe? Seguro que al final de cada día llegaríamos con muchas experiencias que recordar y con un sabor más agradable en la boca.
Nunca es igual, nada es igual. Este es el secreto de la vida, que no tiene cabida para la rutina.
Me voy a dormir. Estoy cansado. Gracias por este día.

¿Tonta, vergonzosa o sin remedio?

Parezco tonta… jolín, la gente no se lo cree, pero realmente soy muy vergonzosa..es más creo que algunas veces soy tan parlanchina y hago tantas tonterías para que no se note cuando la tontería no la hago voluntariamente.. vamos es como cuando era joven y llegaba a mi casa con alguna copilla de más (vamos en aquellos tiempos sería una litrona o un mini de pantera rosa o calimocho ¡copas, copas en aquellos tiempos… como mucho las que ganaba de balonmano o futbito!).. mi madre no lo notaba, o por lo menos, no parecía notarlo, mas que nada porque si hablaba y se me trababa la lengua.. era ya un habitual en mí.. así que por esa parte no había mosqueo.. pues en la vida real es lo que me pasa, creo, hago el tonto habitualmente, para que no se note que algunas veces soy tonta.. Pero claro, si trato con gente que no me conoce.. lo mismo se da cuenta que soy tonta y lo paso fatal. Así me pasa.. que cuando hablo con los jefes o los clientes.. pues lo paso fatal.. me pongo nerviosísima, se me traba la lengua, se me atropellan las palabras y acabo pensando Nuria eres tonta, si lo que te preguntan lo sabes, pues contesta sin mas, o si un tema de conversación del tiempo lo puede tener cualquiera, para qué sacas el puto tema de la crisis.. la has cagado.. y encima está empezando a hablar del euribor y del epbita que no tengo ni flowers de lo que es… la volviste a cagar.

Por eso, me alucina Laura.. no sé qué hace.. pero su día a día es eso.. y tiene una desenvoltura acojonante.. pero si es que hay veces que nos juntamos con el cliente las dos.. y parece que sabe ella más que yo en los temas míos.. yo me quedo a cuadros, lo que yo digo lo traduce y lo hace con una verborrea.. que cuando termina de hablar y me pregunta ¿es eso lo que querías decir?.. ¡coño tía.. no sé lo que has dicho, y si era eso o no.. pero el cliente está contentísimo.. y con todo lo que has dicho, fijo que algo es lo que yo quería decir!.. vamos.. que tiene tablas.. yo no me atrevo a hablar en público o a hablar con “eminencias”… lo mismo es que se me está olvidando hablar.. o lo mismo es que soy excesivamente vergonzosa.. Laura dice que me apunte a algún curso de presentaciones o de oratoria o de teatro… ella va a teatro… je, sí lo mismo necesitaría sacar la “artista” que hay en mí.. total, cada día represento mi propia función… no sé.. pero de ahí a que me vea la gente.. jejejejEJEJEJEJE… ni de coña.

martes, 20 de enero de 2009

SENDAS DE UN PAISAJE SIN ASUMIR

No lo asumo, cariño...

No lo asumo y creo que si no reacciono me voy a deprimir un poco... Menisco y rótula... Ligeramente roto en el cuerno posterior el menisco interno y, en la misma rodilla izquierda, la rótula ligeramente luxada... El hecho es que -ligeramente o no- la molestia está ahí y en estos días húmedos y fríos se deja notar más... No puedo correr desde noviembre y ya me molestaba hacerlo desde el verano pasado...

No puedo correr... Me horroriza la idea... Mi único ejercicio físico consiste en dar un paseo de una hora cuando puedo... Es decir el fin de semana... El otro día no reconocía el paisaje desde la Pilarica hacia Renedo, blanco, nevado... Y no me reconocía a mí mismo, andando por allí con zapatos de montaña, por la senda que en verano me como medio desnudo al ritmo de cuatro minutos al Km...

Me falta mucho esa hora de running, ese vuelo fuera de mí, esa poderosa exhibición para mis propios ojos y mi propia mente de mis piernas y mi corazón...

Y me falta el teatro, dolcissima mia, mis horarios no me permiten ensayar y estoy sin mis dos válvulas de escape...

El trabajo es muchísimo... Me agobia un poco, aunque disfruto con mis alumnos en clase, pero son tantos grupos, tantas horas, tantos centros...

No tengo tiempo de escribirte y de poner por escrito lo que siento y lo que vivo... Pero déjate ahora abrazar con estas palabras, que te hagan compañía, hada de un sueño hecho diario, que me hagan compañía... Deja que te acaricie con estas palabras, como una oración de caricias de papel...

Siéntate conmigo junto a la aurora

y los rayos de un nuevo día

nos inundarán de luz.

Siéntate junto al alba

y los rayos de un nuevo sol

romperán para nosotros de entre las nieblas.

Siéntate junto a la noche

y te enamorarás de esta luna pálida,

pues de nuevo te embrujará.

Siéntate, un momento siquiera,

y escucha,

con el corazón abierto a la esperanza,

cierra esos ojazos,

como yo cierro estos párpados,

y mira,

mira todo este tiempo nuevo

que se nos viene encima,

mira cuánto tiempo feliz

llega con nosotros, llega para nosotros...

Feliz día... Feliz tiempo nuevo...

Ciao, bellissima...

Mauro

Laura ya está, Laura llegó

¡¡¡¡Ha venido Laura!!!!, casi casi parecía chica nueva en la oficina. … nada más que la he visto, me he descubierto cantando para mí, ¡qué bien, qué bien, hoy comemos con Laurel (para que pegue)!... Jo se le echa de menos… vamos, no sé los demás, pero yo muchísimo..jejeje,.. además de ser una de las pocas personas que toma café.. que ahora encontrar personas cafeteras es casi un milagro, con tanta biología, ecología y todo lo gía existente, me veo que de aquí a un par de años, los cafeteros estamos como los fumadores: marcados por el lacre de nuestro “vicio”… pero eso, que ha venido Laura.. llevaba toda la semana de viaje, bueno, de clientes… la verdad en cuanto a su trabajo no la envidio… trabajamos juntas, pero ella se pega con la parte cliente.. y yo soy la “caja oculta” del producto… algunas veces entre nosotras hay chispas porque claro, la cara la tiene que poner ella.. y si la cosa no está bien, o nos hemos equivocado, o simplemente el cliente es un tocapelotas.. pues claro.. la bronca para Laura.. y si le pillas en un día que según los tíos sería que “le va a bajar la regla”.. pues claro.. Laura saca el demonio que lleva dentro.. y puedo apostar, que lo lleva… porque cuando se pone.. entre la velocidad a la que habla y lo colorá que se pone (no sé si de vergüenza o de cólera o del aire que le falta porque no coge aire hasta que termina la charla-chapa-bronca).. a veces me parece la “niña del exorcista” . Pero bueno.. es lo que tiene el trabajar juntas, mientras que sepas separar las cosas… podemos ser buenas amigas y compañeras… A veces cuesta, es cierto.. nos echamos la bronca (porque a veces la bronca va de nuestra parte a ella, porque no ha entendido al cliente, porque ha perdido un cliente o no ha podido ir a verlo… ), pero después de una “bronca”.. cada una a su parte del rin, respiramos.. contamos hasta 100, y si la cosa no ha sido muy dura.. la abroncada, suele levantarse y decirle a la otra “¿te tomas un café?.. ya con eso sabemos que necesitamos hablar, a veces de la bronca, a veces del mal día.. o simplemente.. desfogarnos después de lo tragado… Lo malo es cuando vas por 200 y o todavía tienes las orejas colorás o ves que no se levanta ninguna.. entonces.. sabes que te toca un día de despedida a lo “hasta mañana”.. y a mí me toca noche de meditación de “¿qué coño hago aquí?” o de “por favor, por favor, que Laura mañana me diga “buenos días, ¿cafetito?””…

Pero bueno, hoy ha venido, me he emocionado, hasta le he cascado dos besos y nos hemos ido a tomar un café y ponernos al día de la semana, bueno, ponerme ella.. que a mí sólo me ha dejado meter baza de 2 días, pero como tampoco tengo mucho que contar.. jejeje..

La comida ya no ha podido se conjunta, ella tenía movidas en el curro.. pero por lo menos.. he empezado bien la mañana, y creo que esta semana, por lo menos, tengo a alguien con quien bajar a la máquina de café y “apuñalar al jefe”.

lunes, 19 de enero de 2009

Entre la vida y la muerte

¿Conocéis esa expresión que dice: un centímetro, un kilómetro? Quiere decir, que a veces te equivocas por un centímetro, y el resultado es que te equivocas por un kilómetro.

Más o menos estoy así. Aunque no depende de que yo me equivoque o no. Depende de unas pruebas.

Hace 3 días, viajé 90 kilómetros para adoptar un gatito que hiciese compañía al que ya tengo (¿recordáis su castración?). Cuando le trajimos, nos dijeron que al principio no dejásemos verse a los gatos porque se llevarían mal, o se asustarían.
Así que el primer día dejamos que el nuevo gatito investigara la casa a solas. Pronto descubrimos, que este gatito, en realidad, era una preciosa gatita. Fui al veterinario, para asegurarme de que no tenía nada contagioso para nuestro Buddha, ya que tenía muchos moquitos la pobre.

Mi estancia allí fue horrible. Le diagnosticaron neumonía muy avanzada, la cual, si no se aplicaba tratamiento, le dejaba unas semanas de vida. Además, tenía infección en los ojos, y lo peor de todo. Tenía riesgo de padecer leucemia (cáncer en la sangre, por tanto incurable), o inmunodeficiencia felina (es decir, VIH, también sin tratamiento).

Aún no la había cogido excesivo cariño, pero si lo justo para ponerme muy triste por ella. Cuando llegué a casa, pensé que podría dejar que se vieran Buddha y ella, así, si se llevaban mal, tendría menos sentimiento de culpa si me deshacía de ella tras las pruebas de leucemia.

Pero ocurrió algo mágico.

Cuando Buddha entro en la habitación en la que ella estaba, tan mocosa, tan delgaducha, con esa mirada enfermita, y con los ojos mojados aún por las pruebas en el veterinario, que parecía que hubiera estado llorando, no supo qué hacer. Miraba a la gatita desde todas las perspectivas posibles, y no entendía qué era aquello. En cambio, ella, lo tenía claro. Se acercó a él, y con energía se frotó con su cabeza bajo su cuello, expresándole su alegría de ver alguien con quien acurrucarse, alguien con quien compartir su amargura, alguien a quien abrazar cuando no pudiera más.

Entonces, comprendí que esa gata tenía que salir adelante fuera como fuera. Desde aquel momento, no me he separado de ella, obligándola a beber, a comer, y sobre todo dándola mucho mucho calor humano.

La neumonía ha mejorado muchísimo. De eso ya no se va morir, no lo permitiré. Pero mañana por la mañana, me dan los resultados del test de leucemia y VIH. Si cualquiera de estas pruebas fuera positiva, tendríamos que deshacernos de ella, o incluso... ponerla la inyección. Por cobardía, sin duda haría lo primero, la llevaría a una perrera. Nunca se sabe cuanto puede vivir un ser vivo enfermo. Pero siempre pensaría: "¿y si nunca se lo habría pegado a Buddha? ¿y si la abandoné sin motivo?".

Así se encuentra ella y así me encuentro yo: entre la vida y la muerte.

...

Sólo puedo hacer una cosa: rezar sin creer en dios.

libro, luego me agobio

Ya ha pasado el fin de semana y no ha estado nada mal. La verdad es que desde que estoy en Pucela, dos días seguidos sin trabajar, o un día libre, me supone un “agobio”… Aunque me da rabia reconocerlo, pero mi vida aquí se centra en el curro, y yo que no sé hacer nada o muchas cosas sola, cuando llega un día libre o el fin de semana, me agobio. Entre semana tengo toda la semana ocupada, si no es por curro, voy a gimnasia, si acaso me queda tiempo, pues de compras o al cine o a dar una vueltecilla para ir a algún sitio.. total, como el curro me ocupa gran parte del tiempo, no me queda demasiado tiempo de soledad, y entonces lo aprovecho. Pero cuando de repente, tengo 24 horas por delante, sin una “rutina”, ¿qué hago?, ¿con quien hablo?, un día lo puedo aguantar, porque entre comprar, limpiar la casa, poner lavadora, planchar, vamos.. hacer de Maruja, pues se lleva bien, pero ¿y las siguiente 24 horas? Me trago cualquier bodrio en la tv, si salgo a pasear, parece que me han puesto un cohete en el culo, porque como no sé ir sola, me da la sensación que la gente se da cuenta que estoy sola, y entonces lo mejor es “engañarla” pareciendo que es que he quedado con alguien o que he quedado a alguna hora en algún sitio.. con lo que siguiendo el ritmo de Madrid, voy a toda pastilla, conclusión: en 1 hora estoy de nuevo en mi casa y me he recorrido todo Pucela.
Así que cuando veo que llega el jueves, ya voy pensando en como ocupar el fin de semana, y generalmente, intento escaparme de aquí: una vez al mes me voy a Cuenca con la family, hablo con mi amiga la segoviana y si va a su casa, me apunto, y sino.. pues a ver a quien de mis amigas de Madrid, o de donde sea, llevo tiempo sin ver y aprovecho y voy a verlas.. .una paliza muchas veces.. pero con la satisfacción el domingo de que “he aprovechado” el fin de semana y me he desahogado.

Algún fin de semana que me quedo, he intentado quedar con mis compañeros-amigos, pero tienen ya hecha su vida, y es difícil el entrar en ese terreno. Algunos creo que se dan cuenta que me agobio y que intentan quedar conmigo, pero claro, no son sólo ellos, sino sus maridos o mujeres, familia política.. total que al final, no sé si es mejor quedar o no, porque lo primero seguimos hablando de trabajo, y lo segundo, te tienes que ganar al “agregado”… Es lo que me pasa con Laura. La más compañera-amiga es Laura, pero claro, está casada y cuando le saco el ir a tomar algo, o me lo OFRECE ella (fue la primera persona que me echó un cable en relacionarme aquí, todavía me acuerdo que después de llevar un mes aquí, fue la primera que se presentó y me dijo ¿quieres que vayamos a tomarnos un café?... Casi, casi.. veía como un sol y una paloma detrás de ella… parecía un milagro)… Así que la pobre la cagó, y ahora es con la que más confianza y batallas comparto.. claro.. que su marido… pues no sé qué tal lo lleva.. sé que alguna bronca se ha llevado por mi culpa, por estar conmigo mientras que él la esperaba.. y me parece que muchos días le apetecería tomar algo.. desconectar, pero tiene alguien en casa esperándola.. y claro, tampoco es plan. Pero bueno, dentro de lo malo, Laura es maja, y su marido.. pues aunque creo que tiene cierto recelo, me cae bien, es muy majo y agradable y la verdad es que hacen buena pareja, a veces, me da envidia Laura, porque creo que ella sí ha encontrado alguien importante en su vida. Bueno, a dormir, que el fin de semana me ha agotado (menos mal) y mañana a ver cómo empieza la semana