jueves, 25 de junio de 2009

A veces llega un momento en que te haces viejo de repente...

Cerrar o abrir. Subir o bajar. Dentro o fuera. Concatenación de posibilidades. Y tras cada una, opciones diferentes. Esta es la magia de la vida. Elegir, optar, decidir, pero siempre tomar una decisión sea cual sea, Arrepentirse de haberlo hecho, no de quedarse con las ganas de hacerlo.
La vida galopa con la fuerza de un huracán y no hay que tener miedo a lo siguiente. Quedarse "solamnete solo, acompañado". O quedarse "solo ante el peligro" pero mover ficha.
A veces llega un momento en que te haces viejo de repente... Eso decía la canción. Bendita madurez, dolorosa madurez que te hace perder rayitos de esperenza por el camino pero ganar otros que resuenan con nueva luz.
Hoy es mi cumpleaños. Quizá no sea el mejor de los cumpleaños. Pero hoy es el primer día del resto de mi vida. Hay que celebrar la vida! Honrar la vida y sacar a pasear la mejor de las noticias: ESTAMOS VIVOS. ¡GRACIAS!

lunes, 22 de junio de 2009

(mi último día de curso)

El curso ha llegado a su fin... ¡apenas puedo creerlo! Rut ha terminado, nosotros también, el calor empieza a amenazar a verano... ¡Hacía tantos años que el final de curso no era tan importante para mí! Tengo grabado nítidamente el primer día que nos encontramos, en que llegué tarde y me hicieron un huequito para entrar en el círculo: las presentaciones, las voces temblorosas -algunas-, los gestos de caras que ya se conocían de antes, los ojos asustados -como los míos- ante la novedad de algo deseado durante tanto, tantísimo tiempo, y al fin encontrado.

El año ha sido apasionante, a veces duro; incluso (no lo voy a negar) algún día pensé en abandonar, en que no podía con todo esto, en que me superaba, en que, quizá, mi padre tuvo razón. Pero ante eso me rebelaba hasta que, un día, el miedo, la vergüenza, la barrera de los “no puedo”, todo lo que me bloqueaba, incluso los ojos cerrados y el llanto al caminar a oscuras, todo desapareció, lo hice desaparecer. Y fue entonces cuando empecé a disfrutarlo como nunca, como ninguna otra cosa en el mundo, como sólo con esto puedo disfrutar. ¡He aprendido tanto!

Y ahora, sin de repente pero tan pronto, todo ha llegado a su fin. Siento que nada de esto volverá a suceder, que ya nada será igual a partir de ahora; que nunca más sucederá un curso como este, tan emocionante, tan sentido, enriquecedor, ilusionante, bello... Que esta representación será única, que habrá otras mejores, mucho mejores, pero esta formará siempre parte de mi vida. Porque este curso ha terminado y sin embargo, sé que todo acaba de comenzar.

Ahora ya lo comprendo: este es el final, que no hay final...

(gracias, tantísimas gracias...!)

siempre,

r.