viernes, 23 de enero de 2009

Dulce compañía...

Estoy leyendo un cuento en clase.
Ahora que son más mayores me gusta contarles cuentos ya mas largos, por capítulos. Pablete, uno de mis "secretarios" ha traído un cuento que le han dejado sus majestades de Oriente esta Navidad en su casa. Pablete me adora. Y yo a él. Diría que quiero a todos, por igual, son mis hijitos, aunque hay algunos que me tocan el corazón de una manera especial. Pablo es uno de ellos. Recuerdo cuando hace dos años, ya casi tres, llegó a clase y me adoptó con su lengua de trapo, con ese lenguaje que no había forma de entender y que poco a poco fui comprendiendo haciendo de su jerga mi nuevo idioma. Se me rompe el corazón cuando por alguna razón llora, cuando sus amigos no quieren jugar con él, o cuando algún niño se ha reído de él. Es mi secretario, sí. "Jesús ¿te ayudo?". "¿Puedo decir una cosa?", me pregunta cuando estoy explicando algo o contando alguna cosa. Siempre quiere hablar, contar cosas, incluso cuando no le entendía ni jota... Pero él ha aprendido a esperar su turno y a levantar la mano para hablar.
Ha traído un cuento de Geronimo Stilton, un ratón que se dedica a ser detective. Está bien. Es aún un poco dificil para que ellos lo entiendan pero a mi me gusta ir haciendo mi propia traducción del cuento para que sea más accesible para la comprensión de mis pequeños.
Bueno chicos mañana seguimos... "¡Nooo!", protesta Laura (otra de mis secretarias). Mañana leeremos el capítulo siguiente "Un cierto tufillo a queso..." Protestan pero es casi la hora de irse a casa.
De repente un ruido en la puerta nos interrumpe. Se abre. Y un griterío de niños entra. Son los niños de mi compañera Henar, es el otro grupo de 3º de Infantil . Entran solos, alborotados. No les entiendo, me cuentan que ha pasado algo. Pero no les entiendo. Me pieden algo, que salga, que vaya a la clase. ¡Se ha caido una lámpara! entiendo entre un jaleo tremendo. No veo a Henar. Salgo de clase y voy hacia la clase. Me empiezo a poner nervioso, sigo sin ver a mi compañera. Y me empiezo a imaginar que ha pasado algo, que le ha pasado algo a Henar. Por fin aparece ella. está bien. Nerviosa, pero está bien.
Hace dos años nos cambiaron la iluminación de la clases, nos pintaron los techos de azul cielo y aprovecharon para ponernos unos puntos de luz más potentes y claros. Unos equipos florescentes cubiertos. Funcionales, no muy decorativos, pero con capacidad para tener buena iluminación.
Sigo sin entender muy bien que ha pasado, pero insitintivamente le pregunto a Henar si se encuentra bien. Me responde que si. Vamos a la clase (en realidad es mi clase, pero solemos cambiar de espacios a lo largo de la mañana, es nuestra forma de trabajo que no voy a explicar ahora, sería muy largo y me iría del hilo...). Y veo la regleta de florescentes apoyada justo en la mesa donde habitualmente mis chicos se sientan para utilizar el ordenador . Se ha caido desde el techo y ha aterrizado contra las sillas del ordenador. ¿ha pasado algo? ¿Ha golpeado a algún niño?...
A Henar aún le tiemblan las piernas. Me explica que según caía ha golpeado de refilón a dos niñas, pero nada más que un susto. Las niñas están bien. Y ella apunto de echarse a llorar. Está impresionada.
Los niños me han seguido. Quieren saber que ha pasado. Les digo que no se preocupen que no ha pasado nada más que se han caido los florescentes. Sergio, otro de los "secretarios" me pregunta cómo ha podido pasar. No lo entienden, pero yo tampoco. Cierro la puerta de la clase. ¡Venga chicos hora de irse a casa! !Quitaros el babi y poneros el abrigo hora de marcharse a comer!
Ya en el coche, camino de casa, voy pensando en que unas horas antes siempre estan sentados por turnos, en ese lugar, un par de chicos de mi clase jugando con el ordenador...
Pero no quiero pensar en lo que podría haber pasado...
Es verdad, lo decimos muchas veces en el cole... Tenemos un Ángel protector. Un Ángel guardian que vela por los niños... Hoy me siento así, tocado por un Ángel. Hoy lo creo, estoy seguro, hay un Ángel que nos cuida. Gracias, mi Ángel, gracias... Mi dulce compañía... Sigue velando por mis chiquitines, por mi...

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