jueves, 22 de enero de 2009

Quiero una sorpresa, ¿quién me puede sorprender?

Ayer me descubrí pensando cuando caminaba, bueno, eso siempre lo hago, pero ayer me sorprendí con el tema.. Hay veces que yendo de un sitio a otro a mi cabeza le da por plantearse cosas que hasta yo mismo me sorprendo, o recupera hechos pasados que vienen a la mente y busca una lógica de por qué ha venido ese y no otro, y qué sensación me produce y de repente, me veo que voy caminando con una sonrisa, o a punto de llorar, o me parto el culo yo sola por la calle… En fin, otro síndrome de mi locura-soledad.. pero oye, como relaja. Es como escribir esto, pero sin tener lápiz y papel. (ahora tampoco lo tengo.. ¡qué clásico se han quedado los dichos!)

Bueno, pues a lo que iba me descubrí recordando a Edu. La verdad es que es un chico que me marcó, pero no con un yugo para dejarme una huella dolorosa, no, sino por dejarme un buen sabor de boca y enseñarme muchas cosas. La principal cosa que me enseñó es que me encanta ser sorprendida. De hecho él no paraba de sorprenderme (hasta que un día le sorprendí yo….), descubrí que me encantaba el olor a porro, fumarlo no, pero el olor me mola..¡ah! y que tengo unos muñones que ni para porros sirven. Y lo que también descubrí, es que me encanta un poco lo misterioso o lo prohibido y ver con qué personas puedes contar para tus “secretos”. La verdad es que era un coctel “refrescante” sorprendente, alegre y vivaracho. Si a todo esto se junta que trabajamos en la misma mierda de empresa, en la que estaba prohibido el emparejarse con nadie de la misma empresa, bajo pena de echar a uno o a los dos y que yo era comercial y él estaba en el almacén… .ummmm ¡cómo mola!... esos guiños a espaldas de los demás.. esas sonrisas ocultas que tenía que tirarme de vez en cuando al suelo porque notaba que no podía evitarla.. esas excusas baratas para juntarnos o el salir cada uno por su lado para después juntarte o el pasar la noche juntos, separarnos y vernos al cuarto de hora llegando al curro con una cara de sueño o disimulando con los compañeros: “joe, no he pegado ojo en toda la noche”. La verdad es que para el poco tiempo que estuvimos, las escenas se me reflejan una tras otra en la cabeza y la verdad.. me gusta reproducirlas, porque vuelvo a sentir como el corazón se me acelera y como la sonrisa de tonta se me pone, no porque me mole, sino por la chorrada que hice. ¿Y los conciertos?.. cómo molaban.. no sabía yo que le molaba la música y resulta que no se perdía ningún concierto del “transportista” de la empresa que tocaba la guitarra eléctrica.. y ahí estaba nuestro “infiltrado”,Ramón,.. él era el único que sabía lo nuestro, majísimo, se parecía a Tamarít pero con guitarra y a mí me trataba con gran aprecio, casi como una hija, porque él era más mayor.
En fin, que analice cuando/como analice las cosas, me doy cuenta que me encantan esas sorpresas, y creo que lo que ha faltado en las otras “relaciones-rollos” que no han acabado bien, o mejor dicho, con más tiempo y que me han dejado muchos menos recuerdos positivos, mucho peor sabor de boca, creo que lo que fallaba es eso, que no me han sorprendido (para bien), que no han tenido huevos para arriesgarse y sorprenderme. Joer.. me acuerdo del mosqueo de las de mi piso porque para que no molestara me llamaba a las 12 menos cuarto que a esa hora no llama nadie, y había veces que nos quedábamos hasta las 3 hablando por teléfono.. ¡para después vernos a las 8!!!.. pero qué voz.. y cómo escuchaba y cómo salían los temas, y cómo molaba el oir la calada al porro… ummm ya lo olía.

Así que me descubrí andando y pidiendo un Edu, alguien capaz de sorprenderme y de hacerme pasar un tiempo que nunca pueda olvidar y que cada vez que lo recuerde, se refleje en mi cara que ese momento fue muy bueno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario