viernes, 16 de enero de 2009

Te beso en la boca, vida

Enciendo un cigarro y escribo....
En este final del día un recuerdo...
Estuve hoy en una exposición de fotos. Un amigo inauguraba hoy su nueva exposción en una sala de la ciudad. Mucha gente. Conocidos, amigos, curiosos y prensa. Mi amigo, Pedro, nervioso, como siempre. El es nervioso, diría yo que lo es habitualmente. Saluda a unos y otros.
Alfonso y Luis fueron mis compañeros y mis celadores durante una temporada de mi vida. Susana y yo habíamos terminado, me sentía mal, me sentía solo... Alfonso era un amigo del gimnasio, entonces yo iba al gimnasio... Después de un tiempo de coincidir en la sala de máquinas comenzamos un día a charlar y de ahí más adelante a tomar un café después de la dura sesión de abdominales y torturas diferentes. Un día Alfonso me presentó a Luis, su chico y yo a Susana. Y ahí empezó nuestra amistad.
Cuando Susana y yo lo dejamos, empecé a salir con ellos, yo solo con ellos (he de confesar que algún amigo suyo pensó que yo también era gay y me quiso echar los tejos... pero... nada que hacer). Tengo mucho que agradecer por todo lo que hicieron por mi en ese momento, cuando pensé que mi mundo se terminaba. Luego me di cuenta que no, que mi mundo empezaba y que aunque estaba muy feliz al lado de Susana empecé a descubrir lo importante de la soledad, de amar la soledad y de saborearme solo con el mundo y con la vida... Por cierto Susana, hoy en día, es una de las personas más importantes de mi vida. Uno de mis grandes apoyos y mi amiga del alma. Hace unos meses asistí a su boda. Yo fui su padrino.
Estoy mirando una de las fotos, la de la pared blanca con el graffitti amarillo y los niños oliendo la pared. Cuando alguien toca mi brazo. Me giro. ¡Alfonso! ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo!. Nos abrazamos. Hace tanto tiempo que no hablamos... Que estraño encontrarte con alguien con quien has compartido tantas cosas y de repente no sabes que decir. De repente miles de recuerdos. En un instante todo viene. Las intermibales charlas en su casa, las cenas que preparaba Luis siempre con ese toque de sofisticación y modernidad, la noche en que llegué a casa de Alfonso, aún no vivían juntos, y empecé a contarle mi separación de Susana, el tonto enfado que nos distanció...
Miro enseguida detrás de él y no veo a Luis, voy a preguntar por él pero Alfonso se adelanta. Luis se ha muerto hace dos meses, un infarto cerebral, durmiendo.
¿Qué dices en un momento así? Un lo siento mucho nunca es suficiente. Pero lo repito y lo repito mil veces. Le abrazo de nuevo. Le agarro un hombro. ¿Y tu cómo estás?, pregunto (es un poco ridícula la pregunta, pero no se ni que decir). Sonríe y me dice: "Jodido"
No ha venido solo. Se acercan unos amigos y se le llevan. Le van a presentar a alguien que ha venido a la exposición... Pero antes de marcharse me dice, sonriendo de nuevo, "llámame y tomamos un café..."
No me interesa ver ninguna fotografía. Pedro, nervioso, sigue nervioso, se acerca y me dice que hay canapés y vino que me acerque a tomar algo.
"Me voy Pedro, tengo que hacer. Mañana te llamo y me cuentas, ¿vale?"
No se entera muy bien de lo que le digo.Tiene muchas cosas en su cabeza, mucha gente que saludar y mucha emoción por compartir. Se marcha por entre la gente y yo también, a la calle.
Salgo. Enciendo un cigarro. Me viene Luis a mi recuerdo. Llamo a Susana y le cuento.
Ahora estoy aquí en casa. Escribo. Luis, ¿estás bien? Seguro que si. Se que estás bien donde estás. Pienso en lo que pasó, lo que me distanció de ti, de vosotros. Todo se diluye de repente. Podría haber sido de otra manera. Pero... no merece la pena echar la vista a atrás. Solo tenemos presente. Este segundo en el que estoy escribiendo ya no existe. Solo hay hoy, ahora, ya. No hay futuro ni pasado. Esta milésima de segundo se ha terminado y no volverá a existir. El tiempo que tenemos es único. Nadie sabe, ni yo, ni tu sabías... Todo tiene su caducidad. Hay que vivir la vida intensamente. Como si cada segundo fuera el único que tuviéramos. Vivir sin parar, vivir con ilusión, saboreando segundo tras segundo. Bebiendo de este vino que es vivir. Besar en la boca a la vida y amarla sin parar.
Gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario