miércoles, 14 de enero de 2009

Castración

Hoy he llamado, por fin.

No quería hacerlo, pero todo el mundo lo tiene tan bien visto que... He llamado al veterinario para pedir cita.
- Hola, llamaba para hacer una consulta.
- Sí, dígame.
- Mire, tengo un gatito de 6 meses, y bueno, ya le va a venir el celo, y me han recomendado esterilizarlo.
- Sí, pues ya con 6 meses le puede usted castrar.
- ¿Ah, sí? Pues, ¿me puede decir presupuesto y darme hora?
- Sí, claro...

Y ya está. Así de fácil. Esto no es como ir abortar ilegalmente, o como esconder un cadáver en el armario, no. Esto lo puedes ir pregonando por la calle:

- Hola María, ¿qué tal?
- Muy bien, ¿y tú? ¿A dónde vas con el gato?
- Voy al veterinario, que le van a castrar.
- ¡Ah! Jeje, gatito, ¡que te vas a quedar sin huevecillos! -le dice mientras le hace una caricia.


Y así de bien nos lo tomamos todos. Y además la gente te dice: es mejor para ellos, viven mejor.

Pues no sé por qué no se van por ahí castrando también los hombres, o las féminas. Porque, que yo sepa, al esterilizar, pierdes el apetito sexual... ¿Y eso es vivir mejor? Hombre, si no tienes con quién desahogarte, pues a lo mejor no, pero... me parece de egoístas lo que hago. Como quiero que mi gato viva en mi casa, a mi merced, y sé que no va a poder "ligar" con otras gatitas, pues ala, ¡zas! le capo y se acabó.

Pero la cita ya está pedida, y es cuestión de tiempo. Buddha, lo siento.

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