Intento escribir.

Hoy he pasado toda la tarde delante del ordenador. Comencé a escribir en letra “Century Gothic” (“Capítulo primero”) porque me sugería mucho ese nombre y pensaba que iba a ayudarme a encontrar inspiración. Pero después me pareció demasiado redondeada, así que busqué otro estilo con el que me sintiera más cómodo y elegí “Impact”: con ese nombre la historia debería fluir como un torrente. “Capítulo primero”. Quedaba bien. Bueno, tal vez demasiado llamativo, parece que estuviera escrito en negritas. Si todo el texto quedaba escrito en negrita, daría la impresión de que gritaba para llamar la atención. Volví a escribir “Capítulo primero”, eligiendo ahora los estilos al azar, pero ninguno acababa de convencerme, de modo que he vuelto al Times New Roman y he dado el asunto por terminado.
Ah… ¡Qué bien sienta tomar decisiones! Ya no tendré que volver a pensar en ello… Se me están ocurriendo un montón de ideas. Creo que mañana será un día muy productivo. No hay nada como dar con el estilo adecuado para la historia que quieres contar.