viernes, 9 de enero de 2009

Los niños y la risa

Tras la vuelta al trabajo, por fin el fin de semana. No está mal empezar con un par de días y ya descansar.
La vuelta al cole... Buena, si. Con el barullo habitual y el griterío consiguiente y mi garganta resentida... Como se notan los días en que no usas la voz de esa manera y vuelves a trabajar y se resiente. Sin querer los niños hacen que alces la voz, que hables más alto de lo habitual...
Esto de la desconexión nos afecta a todos. Ellos han venido... geniales, como siempre, pero alborotados casi casi como siempre, jejejeje. ¿Qué tiene la Navidad que tanto altera? A ellos les pica un mes antes de que empiece todo, les hace saltar, brincar, hablar, reir, moverse... y canturrear. Antes de que Noviembre se acuerde de terminar, alguno ya empieza a cantar un villancico, y todos a coro, cual mosqueteros todos para uno y uno para... se ponen con todas sus ganas a cantar un villancico. Y ahí estoy yo diciendo que aún no es Navidad y que no que no, que cuando llegue Navidad ya cantaremos. Sirve para poco, pero al menos, durante un rato reprimen su cantar hasta que en otro momento cualquier otro se lanza al oficio "villanciquero" y no hay quien pare aquello...
Sí, han llegado alegres, revueltos, simpáticos, movidos, chistosos, pero es que es su condición, y menos mal que es así. ¿qué sería de una clase de Infantil con niños que no se les oye, ni se mueven ni revuelven????. Auqnue cansan, cinco horas así, yo lo prefiero. Eso si, a veces este adulto tan formal sale y "¡chicos saldría mejor la ficha si no hablarais tanto!". Pero tengo que reconocer que tengo mucha suerte, sí. Ayer cuando llegué al cole y los pobres de mi clase que van a madrugadores me vieron, escaparon de la clase donde hacen tiempo a que empiece la jornada escolar (no voy a opinar sobre lo que me parece este abuso de horas de los niños en el cole, entiendo que los padres no tienen otra pero jooo...) y salieron:"¡Jesús, Jesús!!, a mis brazos como conejillos a saludarme y darme un beso, o un abrazo y ya rapidamente a contarme lo que los Reyes Magos les habían tráido. Se me caía la baba... El mismo espectáculo se repitió minutos después cuando Rosalía abrió la puerta del patio y empezaron a subir a mi clase, "¡Jesús, Jesús!", algunos en vez de saludarme, me contaban sin aliento uno por uno los regalos que los magos de oriente les habían traido. ¿Quién no empieza bien a trabajar así?. Después de que jugaran un rato nos sentamos en la alfombra y empezamos a contar todo lo que habían vivido en vacaciones, aunque lo único que les apetecía era contarme el pilón de juguetes que les habían traído los santos magos (santos magos, sus padres, que efectivamente tienen que hacer magia para conseguir hacer números y poder comprar todo lo que les compran...).
Me lo pasé muy bien, cuando en medio de su aluvión de relatos les cortaba y con todo mi teatrillo les preguntaba "¿y que han dejado los Reyes para mi en tu casa?" Por supuesto su respuesta era "nada", algunos con corte (¡anda pero tenían que dejar algo para ti?????) y otros descarados se reían y también decían "nada" (¡¡¡si hombre a ti te van a dejar en mi casa!!!). Y yo, como enfadadísimo hacía como si lloraba o me cabreaba por que no tenía regalitos en sus casas (yo me divierto y a ellos les encanta que yo haga un poco el payasao, jejejeje) Por supuesto cuando todos acabaron de contar, me preguntaron que a mi que me habían tríado y claro está también que si a ellos les habían dejado algo en mi casa...
¡Que curioso este mundo de niños! Tuve un tiempo que me planteaba ser padre, sí, supongo que como a todo el mundo me llegó también el momento de plantearmelo y sinceramente lo quería, sí lo quería con todas mis ganas. Pero con el paso del tiempo, y no por el hecho de tener o no pareja, me doy cuenta que no me gustaría hoy en día ser padre. Me gustan los niños, mejor dicho, me gusta trabajar con ellos, pero creo que no me gustaría tener uno mío. Es tan intenso el trabajo con ellos, que no me puedo imaginar llegar a casa después de una mañana entera de estar peleando con ellos y ponerme a pelear con los míos propios, uffff. ¡Mira que me parece diifcil ser padre!. Cuando me reúno con los padres, siempre se lo digo. Y a la vez les digo que les admiro, me parece que tiene que ser muy complicado tener 24 horas seguidas de responsabilidad. En el fondo yo tengo lo mejor en clase. En Infantil además el profe es su dios, lo que yo les diga es lo mejor del mundo, y luego con los padres ya es otra cosa. No puedo creerme que algunos me digan que no pueden con sus hijos... Y siempre me dicen "no se como puedes hacerlo con 26, si nosotros con uno, o dos, a veces es imposible..." (hombre la verdad es que me sube mucho el ego, si, jejejejejeje).
LLevo un tiempo planteándome que más que dedicarme a la educación, a ser profe (lo único que he hecho en mi vida hasta ahora), me gustaría dedicarme a hacerles reir. Yo que soy un caos y que en cuanto puedo me salgo de la programación y les cuento un cuento, o les montamos un teatrillo entre los compañeros, o simplemente hacemos lo que yo llamo hacer un poco el tonto en clase, me doy cuenta que eso es lo que de verdad me hace verdaderamente feliz. Y me gustaría si, y últimamente que me pica tanto el teatro... Jo creo que sería genial dedicarse a eso, a hacer reir, tanto a niños como adultos, claro. Pero los niños es que me tocan mucho el corazón, y aunque lo parezca no es nada fácil trabajar con ellos. No me gusta nada, pero nada NADA NADA, esta gente que hace algo para niños pensando en que "como son niños...y cualquier cosa les hace reir...". tampoco trago a aquel que se acerca a un niño y le habla como si fuera tonto de baba, ¡coño, un respeto, son niños, pero no bebés ni pobrecitos ignorantes que no saben nada de la vida! (enseñan tanto los pequeñajos... joder! que me emociono!). No se, pero algo tengo que hacer...
La risa, si la risa es el reto. Hacer reir y reirse. Hacer feliz. Me pongo un poco de los cojones cuando se utiliza la humillación o el reirse de alguien para divertir-se. Es un error. La risa es sana y reirse de las miserias de los demás no creo que lo sea. Hace falta, si, mucha falta reirse, tocar el corazón de los demás con sonrisas, con risas, con cariño. Es un reto y creo que hay que coger el relevo como sea. A veces he ido al teatro, o al cine y he salido tan triste, incluso llorando de pena... Vaya, vale, puede estar bien llorar, si, desde luego, pero no se, creo que las personas necesitamos abrir nuestro corazón, expandir el alma y reir. O al menos no pasarlo mal, que para eso está el telediario, que por cierto nunca veo (total me entero igual de las cosas...)
Enfin.... Nano me espera para su paseo, hace frío, pero todo se arregla con una buena bufanda y un buen abrigo que de calorcito.
Ta luego

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