¡Qué miedo!, pero ¡qué bien!. Jo llevo una temporada que no sé si tiene que ver con este tiempo primaveral, con el sol, con la proximidad de vacaciones, o no sé, pero la verdad, es que parece que todo lo veo de un color luminoso, claro y bellísimo. Vamos que mi día a día se puede resumir en bueno, hasta mis días críticos, no me parecen tan malos, en resumidas cuentas, que me encuentro bien, alegre, positiva y agusto y todo ello, me hace pensar que estoy en una de esas cimas que preceden a la caida a los infiernos de lo negativo, lo mal, mal, y el levantate y anda....
El caso es que a mí el sol me alegra mucho, levantarme o salir de trabajar y que haya sol, ya me hace sonreir y me alegra, y últimamente lleva una temporada en la que el sol ha brillado, nos ha iluminado y dignado con su presencia, no sólo su presencia PUCELANA (el sol de mentira que ilumina pero no calienta), sino también con la presencia del calorcito, sin abrasar, pero calorcito. Y todos los astros se han alineado y mi destino ha sido todo sonrisa. Llevo tiempo que mi jefe no me pide un sobreesfuerzo; en el trabajo, sin prisa pero sin pausa, disfrutando de lo que me gusta; los fines de semana los he tenido ocupados en viajes, con amigos de otros sitios, con la familia, o incluso con gente de aquí, como no, compañeros de trabajo, y todo ello amenizado con risas, buen tiempo y aaaahhhh que gusto.
Con tanto bueno, la verdad es que me costaba escribir, es como los proyectos de los artistas, que no los quieren contar para que no se estropeen, y yo no quería escribir para que todo esto no cambie; pero visto que el tiempo atmosférico ha cambiado y que espero, por experiencia, que dentro de poco llegue el bajón, me parece mal utilizarte a tí sólo para contar mis penas, que también tengo alegrías y hoy todo es verde fosforito, ya llegará el negro que tendré que pintar de gris.
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