lunes, 9 de marzo de 2009

Conversación en El largo adiós.

Antes de que ellas llegaran, podía pasarme horas enteras inventando historias; luego las escenificaba en solitario, interpretando de forma alternativa a cada uno de los personajes. O, si mi padre se había acordado, leía y releía los tebeos del Capitán Trueno que me había traído hasta sabérmelos de memoria. También disfrutaba ordenando una y otra vez, siguiendo diferentes criterios, mis colecciones de cromos. Todo esto era antes de que llegaran ellas.

Otras veces escribía ingenuas historias policíacas y se las leía a mi madre, mientras hacía las labores; mi madre era una crítica excelente, porque tenía algo de lo que adolecen los sesudos colaboradores de los suplementos literarios: sentido común (por ejemplo, no le resultaba creíble que la policía se fuera a dormir teniendo acorralados a los criminales, simplemente porque se hacía de noche y era hora de acostarse: ¿no me daba cuenta de que los malvados se habrían escapado antes del amanecer?). O nos pasábamos toda la tarde en el río al salir de la escuela. Antes de que llegaran. Ellas.

Pasó el tiempo, fuimos al colegio y después al instituto. Y fue entonces cuando, de repente, sin posibilidad alguna de reacción, embotándote los sentidos, obnubilada la mente, haciéndote latir con fuerza el corazón… fue entonces, digo, cuando ellas llegaron. Y ya nada volvió a ser lo mismo, ya nada te llenaba si ellas no estaban, las aventuras con las que tanto disfrutabas se convirtieron en tonterías infantiles, el Capitán Trueno fue degradado a soldado raso y acabó metido en un baúl, incluso el río perdía todo interés sin ellas dándose un chapuzón…

Llegaron las chicas y lo cambiaron todo.

Nunca pensabas qué podría ocurrir cuando ellas se fueran. Jamás lo pensabas, pero un día te das cuenta de que, también de repente, igual que llegaron, se han ido. Todas. Y han dejado desolado el campo de batalla.

Ni siquiera han recogido los despojos.
… ... … … … … … … … … … … …
Jesús me mira, pero no dice nada. Virginia me pone otra copa.

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