jueves, 5 de febrero de 2009

Reunión en el trabajo, o lo que es el IPC

Ayer el jefe nos reunió a todos: cada cierto tiempo le gusta reunirnos para soltarnos alguna charlita un tanto insoportable y soporífera acerca de cómo va la empresa, cómo va el trabajo, si tendremos más clientes, si habrá más concursos de doma, posibles compradores de sementales -y mira que les digo que no se venden, joder!-... y sus parrafadas habituales. Lo malo es cuando comienza con lo de "ya sabeis cómo funciona la empresa..." "no está en mi ánimo que esto crezca de forma desmedida..." y cuando se suma al discurso lo de "la situación actual", que, puñetas de los tiempos, resulta que es ahora de crisis.

Pues bien: junta todos los párrafos, los mezcla con su habitual berborrea y acaba rematando con que "este año quiero mantener los gastos fijos". Pienso: muy bien, estupendo: no va a comprar más material ni más animales, no va a ampliar las cuadras... Y antes de que acabe de pensar opciones, ¡zas!: "así que no voy a aplicar la subida del IPC en vuestros salarios, que, además, este año es sólo de un 1,4%". ¡Me cago en la puta!!! Con la mierda de sueldo que gano, es cierto que el IPC no va a ser mucho, pero ¡joder!, el año pasado el gobierno me regalaba la parte proporcional de 400 € todos los meses, y además, me ha estado prorrateando el finiquito de mi actual contrato cada mes, con lo que he estado cobrando un plus mensual totalmente artificial que este año desaparece y, además, no voy a tener ningún incremento en el salario base!!! Por no hablar que la semana de baja (hola, Rebeca, bienvenida al mundo de las bajas!!!) me supone un menor sueldo... ¡estupendo! Ahora sólo falta saber cuándo voy a recibir el dinero de la famosa "ayuda a la emancipación", la ayuda al alquiler que tardaron 6 meses en aprobarme y que, por supuesto, 8 meses después aún no me han ingresado.

No sé si Luciano y las chicas lo habrán comprendido (seguramente él sí, porque lleva ya varios años en España y, al fin y al cabo, en Ecuador se habla castellano, pero las "alemanas"... me parece a mí que no han entendido ni jota)... AAAAAAAAAAAAAAAGHHHH!!!! mejor dejar de pensarlo.

lunes, 2 de febrero de 2009

De cuando hacía canciones...

Mañana vuelvo al trabajo. Tengo ya ganas de hacer vida normal, de salir a la calle sin sentir que estoy haciendo algo mal o que tengo que ocultarme... Esa es la sensación que me produce estar de baja y bajar a la calle, por ejemplo, a pasear a Nano, o a hacer la compra. Pero claro, pienso, que estando enfermo uno tiene que comer igual y hacer cosas que son necesarias y que no se puede prescindir de hacer. Supongo que es el miedo a la autoridad, que aunque uno intenta despojarse de los miedos que se generaron en el pasado, algunos siguen ahí dando guerra.
Hacía mucho tiempo que no lo hacía y esta tarde aprovechado que estoy solo en casa y que es mi última tarde de "incapacidad laboral temporal" he sacado mi guitarra de su encierro (no voluntario) y me he puesto a intentar escribir algo. Debo de estar desentrenado, antes me ponía y me salían canciones como churros... canciones que tengo guardadas en el recuerdo y que no se si recordaría ahora mismo como eran. Pertenecen a un tiempo y a un momento diferente de mi vida. Y aunque no me gusta echar la mirada hacia atrás inevitablemente me vienen de repente recuerdos asociados a la guitarra, a la música...
Quería dedicarme a ello. Estuve durante un tiempo intentándolo, pero supongo que nunca llegué a dar el salto de arrancarme y empezar a tocar por garitos que esa siempre fue mi intención. Así que me conformaba con reunir a mis amigos en casa (cuando vivía solo) poner algo de meriendilla y esperar a que ellos me pidieran que sacara la guitarra y les enseñara mis nuevas canciones... claro que si ellos no me lo pedían acaba haciéndolo yo, y cuando me disponía a empezar siempre me invadía una falsa modestia y una tonta inseguridad (¿y se les molesto? ¿y si no les apetece? ¿y si, y si, y si.....? ¡ISI....DORO!)
Y ahí estaba yo con el rollo cantautor ñoño, que hablaba de amor (sobretodo de amor) no correspondido y con algún contenido social, (es normal, entonces me movía en ambientes muy hacia la izquierda...)
Me gustaba cantar, mucho y me gustaba ir con mi guitarra a todos los sitios, excursiones, acampadas, vacaciones. Allí nos íbamos mi chica (mi guitarra) y yo donde fuera.
Alguna vez me presente a algún concurso musical con otros amigos o bien solo, y tengo que decir que generalmente teníamos éxito, no para ganar pero si para quedar segundos o terceros, ¡vaya! que no era tan malo y siempre con canciones mías.
Llegué hasta a grabar una maqueta. tenía entonces un amigo metido en temas musicales que se empeñó en que teníamos que montar algo y así fue. Como él conocía mucha gente en el mundo musical vallisoletano enseguida buscó un tercer aliado y montamos un grupillo: "Delicias café". Así que nos pusimos con mis canciones y ellos me hicieron unos arreglos que entonces me parecían fantásticos (yo de música nunca he sabido mucho, lo cual me apena bastante, pero me puse en sus manos que eran los que entendían de compases, negras, blancas y armonía...). Y nos decidimos a hacer la maqueta. Fue toda una experiencia, la verdad. Meterse en un estudio y oír las canciones con un sonido tan diferente, tan limpio... Pero quedó solo en eso. Nunca hicimos nada más. Llevamos la maqueta por diferentes bares de Valladolid (el tío Molonio, por ejemplo) para que lo escucharan y nos dejaran tocar... pero nunca nos llamaron... Creo que no éramos buenos. Lo cierto es que cuando oigo la maqueta (rara vez) me da mucha vergüenza y no veo que mi voz suene nada bien... o tal vez es que siempre imaginé mis canciones acompañadas solo con la guitarra y que tanta "ropa" musical no las reconozco...
De repente dejé de hacer canciones. Hará ya unos diez o doce años, cuando vivía en León, no se por qué razón, pero de repente se me fueron las musas o que tal vez no era lo mío, ¡que se yo!. A veces pienso que coincidió también con la muerte de mi padre... No se, el caso es que mi guitarra se fue quedando arrinconada, dentro de su funda y llenándose de polvo y recuerdos.
Y hoy... me he puesto a intentarlo... Y de repente me noto las yemas de los dedos doloridas del desentreno y quizás un tanto decepcionado de no haber conseguido escribir más que un par de estrofas que no me convencen... ¿Será cuestión de insistir?

LIBERTAD Y COCINA ITALIANA

No sé por qué, pero quiero compartir esto...
Esta mañana he ido a correr... 40 minutos, muy despacio, entre unas gotas finas de lluvia y un sol tímido que me sonreía de entre las nieblas... Y soy feliz... Estoy lleno de sensación... Sensación de libertad y bienestar que no sentía realmente desde noviembre... Ahora estoy cruzando los dedos -claro está- para que mi rodilla no se resienta demasiado y pueda pisar el embrague y consiga no cojear... Y también rezo porque mi nuevo médico rehabilitador, que me dio este consejo el viernes -¡que salgas a correr, con cuidado, pero a correr, hombre!- sea un guru sanador o un santón curandero y no un asesino a sueldo...
Te diré.... Por cierto, voy a organizar una cena italiana en casa de amigos, con productos autóctonos y estas manitas de transalpino aficionado... Te vas a animar, ¿verdad?
Mauro

domingo, 1 de febrero de 2009

¡¡¡Algo de vida social!!!

El viernes me encontré con Ana, Anita, mi antigua compi de baile, mi amiga Ana... Fue de camino de la salida del trabajo hacia casa de mi abuela, para ir a recoger a la enana. No lo pude resistir; me lo propuso ella, que también tiene poco tiempo, y yo, que ahora ando más liada que nunca, tratando -aún- de adaptarme a la nueva situación, le dije que sí...
Llamé por teléfono a mi abuela, me dijo que no había problema, así que... ¡estuve comiendo fuera con una amiga, por fiiiiiiinnn!!! Kebab, sin patatas y agua, por favor. Ah! y el kebab biennnnn picante, ¡genial!!
Llegué donde mi abuela sólo una más tarde de lo que hubiese sido lo normal, Rut estaba durmiendo la siesta, tan tranquila, y yo, feliz, por una hora de ocio, compartida de nuevo con una amiga... ¡cuánto da de sí una hora!!!!!

La cena

La gripe va remitiendo. Me quedan secuelas de cansancio que van despareciendo a la vez que aparecen las que me deja el antibiótico en mi cuerpo... Es inevitable, pero bueno , esto es así...
Hoy vino a verme Rosa, una buena amiga que apareció hace unos pocos años en mi vida y se ha ido haciendo un hueco importante. Mi madre no lo entiende piensa que si una mujer es mi amiga eso es que es una nueva candidata para ahogar mi soltería, se equivoca, si, pero no voy a perder energía en explicar... Ella nunca va a entender que es mi decisión y yo tampoco voy a conseguir que ella no insista con el tema.
-Mamá Rosa vendrá a cenar esta noche.
-¿Y cómo no me lo has dicho antes? Mira que eres... Habríamos comprado algo para cenar...
-Me acaba de llamar. ¿Acaso no hay comida en el frigorífico suficiente?
-Ya, hijo, ya. Pero no se, algo especial me refiero.
-Mamá, que cuando yo voy a su casa ceno lo que hay, que no es necesario. Que Rosa se arregla con cualquier cosa.
-¿Y has visto cómo está la casa?
Me lo dice mientras se pertrecha de mopa y spray para parquet.
-Mamá, que la casa está limpia y además Rosa no viene a ver la casa, que viene a verme a mi, que estoy pachucho, ¿recuerdas?
Pero no hace caso. Ya se ha puesto a pasar la mopa como una poseída. ¿Para que insistir?. Carolina, una chica colombiana que viene dos veces por semana a limpiar la casa, vino ayer. NO ESTÁ SUCIA.
-Como se nota que ayer Carolina tenía prisa, no ha dejado bien limpio el suelo, ¡mira, mira como sale la mopa de sucia!
Yo asiento con la cabeza, mientras sigo aquí pegado a mi ordenador. Estoy escribiendo o al menos trato de hacerlo.
-¿Y a qué hora vendrá?
-Pues no se, creo que sobre las 8.
-¿Tan pronto? ¡No me da tiempo, no me da tiempo!. ¡Vamos y me lo dices ahora!
-A ver mamaaaaaaaa, vendrá sobre esa hora por que le voy a dar una sesión de Reiki. Anda un poco revuelta con el tema de su separación y me pidió si podía venir, a ver si así se relajaba un poco y se tranquilizaba.
-Pues no se si tienes sábanas limpias para la camilla.
-Que síiii, que las eché a lavar la última vez que di Reiki y ayer las planchó Carolina.
-¿Y vas a poner incienso? (¿para que preguntará si no me deja tiempo para contestar?). Es que luego queda un olor en casa...
Vale, esta vez ha ganado ella. Me levanto de la silla. Y dejo de escribir. ya seguiré esta noche, de madrugada, cuando esté dormida. Ahora ya va a ser imposible. Así que me pongo a limpiar yo también. Limpiar sobre limpio, pero bueno... NO LO ENTIENDO
-Es que claro con dos animales en casa... No hay mas que pelos por todas las partes. ¿Y que tal Rosa? ¡Pobre chica! Mira que se vuelve a casar y le vuelve a salir rana. El caso es que parecía majete. Pero está claro que dió bien el pego. ¡Menos mal que no llegaron a finalizar los trámites de la adopción!
Habla entrecortada, mientras frota con la mopa el suelo como si le fuera la vida la vida en ello.
-¿Y que dice dice la niña? ¿Por que si que le había cogido cariño a Adolfo?
-La niña, ya no es tan niña. Y sinceramente, creo que se ha quedado bien a gusto desde que no está Adolfo con Rosa. Marina es muy madura para ser una adolescente.
Yo le voy contando mientras hago como que paso el paño por los muebles y me dedico a mirar las fotos que están colocadas por el salón. Fotos, principalmente de mis sobrinas y de mi padre...
Una hora después mi madre está reventada en el sillón.
-¡Qué cansada estoy! ¡Qué triste es hacerse mayor! Con lo que aguantaba yo antes. ¡Me estoy volviendo muy vaga!, ¡No me gano ni el pan que como! Voy a descansar un rato y me arreglo.
A las 8 y diez llega Rosa. Mi madre ya está como un pincel, preparada para la visita.
Se saludan y comienzan a hablar. estoy seguro que se ha fijado perfectamente en como va vestida mi amiga y que cuando se marche me hará algún comentario del tipo, "que mona estaba hoy Rosa", "mira que es maja esta chica", "¿y estás seguro que no quiere nada contigo?, yo la veo tan cercana contigo..."
Después de la conversación de rigor invito a Rosa a que venga conmigo a la "sala de masaje" (como la llaman mis sobrinas). Ya lo tengo todo preparado. La camilla colocada con una sábana bien limpia, una música relajante y suavecita. ¡Y una barrita de incienso encendida!.
Cierro la puerta y me aislo del mundo.
Hora y media después. Abro la puerta. Me lavo mis manos y enciendo un cigarrillo. Me encanta este ritual cuando he terminado de dar Reiki. 5 minutos después entro a despertar Rosa que se ha quedado dormida durante la sesión. Pero antes paso por la cocina para llevarle un vaso de agua, por si le apetece. Mi madre ha hecho ya la cena. Todo está muy rico, seguro.
-¿Será suficiente?
-Claro mamá. y va a sobrar. No te preocupes. Gracias por hacer la cena.